La Casa por Dentro

DISTRIBUCIÓN Y COMUNICACIÓN: Puertas y Escaleras



La abundancia de textos describiendo la casa alpujarreña me evita hacerlo a mí a su vez, por lo que abusando de ellos, he insertado los siguientes:

Descripción que hace el doctor Olóriz, en el verano de 1894, referida a Cáñar:

"La distribución suele ser un bajo tapizado de estiércol destinado a pajar y cuadra; hay escalera y en el 2º piso hay cocina y alcoba. Las casas algo mejores tienen más habitaciones; (...). Casi todos los edificios tienen bajo y alto solamente. "

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 173-174

El mismo autor sobre la casa en Capileira dice:

“La distribución ordinaria es cuadra en bajo formando el portal; cuarto de dormir y cocina en alto.”

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 199

En ausencia de otro material que no fuera la piedra, la distribución de las casas en los pueblos altos, normalmente venía impuesta por el desarrollo en planta de los muros interiores, por lo que las divisiones coincidían con estos, y tenían aproximadamente el mismo grueso que los muros de la calle. Luego para pasar de un lado al otro, se dejaba un hueco muy bien adintelado que sirviera para soportar el peso de lo construido superiormente. Los huecos de paso interiores no solían cerrarse, a lo sumo se colocaba una cortina para lograr más intimidad. La zona destinada a corrales y cuadras, sí disponía de puertas tipo empalizada para evitar que se escapasen o mezclasen los animales.

“Las puertas se evitan en la medida de lo posible, salvo las de la calle y la de la cuadra; pero suelen ser de tamaño reducido." 

Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) Pág. 77

En el interior de algunas de las casas más viejas, aún se conservan algunos huecos rematados con un arco de medio punto, lo que además de recordarnos la dominación árabe en la comarca, nos ayuda a formarnos una idea de su antigüedad.

Otra forma más liviana de crear divisiones, consistía en colocar una estructura vertical de cañizo igual a las colocadas en los techos, y que luego se emplastecía de yeso por ambas caras. El hueco de la puerta podía rematarse con un cerco de rollizos o madera escuadrada, a la que ocasionalmente podía sujetarse una puerta.

"... los tabiques interiores están hechos de una fábrica de ladrillos ligeros"

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 53

También se podían crear divisiones a base de ladrillo de arcilla revestidos con yeso, que como dice Spahni, eran ligeros... ¡comparados con una pared de piedra! Aquellos ladrillos ligeros no son como los utilizados ahora para el mismo fin, sino más bien, bastos, macizos pero porosos y quebradizos; hechos con una masa de arcilla “colorá” con presencia de bastantes impurezas. Esta solución es más tardía, propia de los pueblos bajos y de las casas de dueños más acomodados.

Continuando con el tema de la distribución, sesenta años después que el Doctor Olóriz, Spahni nos dice al respecto en los años cincuenta:

"El reparto de las habitaciones en el interior es muy variable. La cuadra es parte integrante de la casa. En ella se penetra sin que sea necesario salir o atravesar la calle. Esta pieza está situada, bien bajo la parte habitable de la vivienda, formando el subsuelo o parte baja de la misma, o bien al mismo nivel que las restantes habitaciones.”

Spahni, J-C. L´Alpujarra. Pág. 53

Aunque sin nombrarlo directamente, Spahni acaba de describir la existencia de una zona en la parte baja de la casa que sirve de tránsito. El nombre de esta zona aparece en el siguiente texto, y es el portal. Esta habitación sería el equivalente al zaguán árabe, que tenía por objeto resguardar el interior de las miradas de la gente que pasaba por la calle, cumpliendo así con el precepto de recato que imponía su religión; aunque ahora ya ha perdido ese sentido y se utiliza como zona de paso y recepción, retornándose al uso original que tenía el vestíbulum romano, del que deriva con bastante probabilidad.

"A la puerta de entrada le sigue un vestíbulo (portal) en el que se abren todas las habitaciones, o directamente la cocina que es la parte más importante de la casa. "

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 53

En este otro fragmento aparece una novedad, que es la existencia de “un cuarto destinado a salón-comedor donde se recibe a los amigos y a los invitados”. Aunque anteriormente se menciona la existencia de muchas habitaciones en algunas casas, nunca se hace para decir que al menos a una de ellas se le daba este uso; lo que nos da una idea del lento proceso de mejora económica que se va produciendo, y de como éste va repercutiendo en la vida social.

"Los dormitorios son pequeños, donde duermen de dos a cuatro personas. Existe también una habitación que sirve de salón y de comedor, donde se recibe a los amigos y a los invitados. Pero la mayoría de las veces se prefiere tomar la comida en la cocina, delante de la chimenea en donde arde un fuego alegre y centelleante."

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 56

Las escaleras comunican los distintos niveles de la casa. Con o sin mamperlán, suelen ser bastante empinadas, de un sólo tramo, o bien están desarrolladas formando una “L”. A falta de espacio, pueden llegar a atravesar la fachada y asomar por fuera, a mitad de una pared, para desaparecer de nuevo en el techo. Esto normalmente ocurre en los tinaos o pasadizos.

" Las escaleras son estrechas y muy empinadas, sin que haya una central que comunique todos los pisos, sino que el paso de un nivel a otro se sitúa en el lugar más cómodo para su uso. " 

Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) Pág. 77

Dentro de la casa, el hueco inferior es aprovechado para colocar objetos, como despensa o para guardar los cántaros de agua. Este hueco se podía tapar a la vista utilizando una cortina.

La planta más alta del edificio, si la hay, tiene asignada una variedad de funciones relacionadas con las tareas y economía domésticas, siendo las más propias aquellas que se adaptan a las características físicas de esta zona, esto es: su difícil accesibilidad, su aislamiento del resto de la vivienda y su mayor exposición atmosférica.

"Si la casa es amplia, una escalera interior comunica la planta baja con los pisos altos. A veces un amplio granero ocupa todo el espacio disponible. Aquí es donde se almacenan las cosechas, el grano para la alimentación de las aves de corral, los aperos de labranza, el abono y los forrajes. Estos graneros miran hacia el sur por una oquedad anchamente abierta y confieren al pueblo un aspecto muy particular (Picena). En las aldeas de la alta montaña, (los graneros) constituyen un anexo de la casa, cubiertos por un terrado y expuestos a los cuatro vientos (Trevélez)". 

Spahni, J-C. L´Alpujarra. Pág. 56

Por último, para el acceso a los terraos a través de las lumbreras se suelen utilizar escaleras manuales de madera.

Esta otra descripción que hace Navarro Alcalá-Zamora, realizada posiblemente a finales de los años 60 o principios de los 70, me parece bastante completa y minuciosa, pudiendo valer como resumen de todo lo visto anteriormente. La gatera que se menciona corresponde a una lumbrera.

"Por pequeña que sea una casa siempre tiene lo necesario para las necesidades de un labrador: cuadra/cuarto de aseo/ gallinero, cocina/comedor/estar, dormitorio/s, y granero/pajar/secadero. Según las posibilidades económicas de cada familia, la casa tendrá sólo estas cuatro habitaciones multiúso o un número considerable de cada tipo. Lo que siempre permanece es la distinción de niveles: la planta baja para los animales, el primer piso para la vivienda, que si la familia es muy numerosa y tiene posibilidades puede ocupar dos, y la última planta, generalmente la segunda, para guardar las cosechas. Los grandes desniveles en que están asentadas la mayoría de las casas del pueblo permite que las personas y los animales entren por distintas partes a pie llano. Esto se ve claramente en el plano ideal de una casa pequeña: (Ver ilustración nº 47)

La planta baja tiene una puerta en la fachada sur, generalmente donde el terreno del solar tiene menos altura, en su parte baja, por donde se accede a un pequeño portal que sirve para guardar los aperos de labranza y desde donde parte una escalera para el primer piso; el resto de la planta está separada por un tabique y es el espacio dedicado a los animales y a depositar los fertilizantes humanos de la familia. La primera planta tiene la puerta en la fachada norte, separada de la calle por algún escalón, que da paso a la mayor habitación de la casa, la cocina-comedor-estar, desde donde salen los dormitorios. Otra escalera conduce al último piso, donde está el granero, el pajar y un secadero cubierto, separado de lo anterior y orientado al mediodía; en el granero suele haber una <<gatera>> por donde puede salirse, muchas veces con una escalera de mano, al <<terrao>>, especie de terraza sin barandilla que corona la casa, donde se tiende la ropa y se hace parte de la vida nocturna en verano.

Este sería el tipo básico de casa, que va aumentando de tamaño y número de habitaciones a medida que crecen las posibilidades económicas de sus moradores. Cuando la casa es suficientemente grande se divide la cuadra con tabiques a media altura para separar los distintos animales y se instala un cuarto de aseo separado; pero ni las casas grandes suelen tener un pedazo de tierra para corral, ya que suelen estar pegadas unas a otras sin más solución de continuidad que las <<calles>> y el límite de los barrios. En la primera planta se puede separar la entrada de la cocina, y tener una habitación junto a ésta destinada al horno para el pan y a guardar utensilios caseros y comida; sólo muy raramente hay otra habitación independiente para uso exclusivo de estar; pero puede haber gran número de dormitorios. La última planta de las casas grandes suele estar dividida en granero, pajar y cámara para trastos viejos; a veces el secadero cubierto se prolonga en un terrao descubierto, que evita subir a la techumbre para su uso cotidiano."

Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) Pág. 76 y 77
Ilustración nº 47.- Plano ideal de una casa pequeña. Reproducción ligeramente modificada de la que aparece en el libro de Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) Pág. 76
Ilustración nº 48.- Sección de la casa ideal


Hornos y Chimeneas

La chimenea, pieza clave de la casa, está ubicada en la cocina. Suele estar sobreelevada unos centímetros del suelo y no dispone de leñera o habitáculo para guardar la leña, pues su almacenaje se realiza en algún rincón de la cuadra.
I
lustración nº 49.- Chimenea con horno interior. Estas chimeneas son más altas de lo común, para permitir que la persona que trabaja en el horno, no se golpee la cabeza en la campana.

“La mayor parte de las casas alpujarreñas poseen un horno particular, instalado en el interior de la chimenea de la cocina. Existen también hornos públicos donde las mujeres se reúnen para amasar el pan. Estos hornos venden igualmente pan, haciendo la función de panaderías.”

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 104

Dentro de la chimenea o fuera, en la calle, los hornos consistían en un habitáculo abovedado, sin tamaño determinado, realizado con ladrillo refractario o piedra. Poseen una sola entrada que en el mejor de los casos se tapa con una compuerta de chapa. Por aquí se introduce la leña, a la que se le mete fuego dejando la puerta abierta, que hace las veces de chimenea. Una vez quemada la leña y cuando sólo quedan las ascuas, se barren y amontonan hacia un lado en el interior para que sigan calentando; y a continuación se introduce la masa del pan. Inmediatamente se cierra la puertecilla a la espera de que el pan se cueza. Cuando se estima que ya está, se abre y se comprueba para sacarlo o dejarlo cocer otro rato.

Ilustración nº 50.- Horno de pan con un “bollo” dentro

Indirectamente, el uso de la chimenea ayudaba al mantenimiento de los campos, bancales, huertos y caminos en perfecto estado de limpieza, y se evitaba la profusión de incendios; pues la quema de muchos de los rastrojos recogidos, se hacía aquí de manera controlada.

“La cocina está provista de una enorme chimenea utilizada para la preparación de la comida y de calefacción. Aquí arden haces de tomillo, romero, todos las ramas de árboles encontrados sobre el camino así como carbón vegetal fabricado en el mismo pueblo. Las otras habitaciones no tienen chimenea. Para calentarse se emplea el brasero, situado bajo una mesa redonda especial, la mesa camilla, cubierta por una gruesa falda. La mitad del cuerpo aprovecha el calorcillo que sube, mientras que la espalda y los hombros quedan fríos."

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 53

Y es que sin puertas en las habitaciones y con las carpinterías antiguas al exterior llenas de aperturas y rendijas, los follarengues entraban y te daban por detrás, dejándote tieso. ¡Por favor, no hagáis dobles interpretaciones!

Un sistema de calefacción natural en el invierno lo constituía el corral, que al estar localizado en la planta baja de la vivienda, provocaba que el calor de los animales subiera por convección hacia el techo, calentando el piso de la planta primera.


Los Acabados

Los acabados son las terminaciones con que se remataban las construcciones: solería, revestimientos de paredes y techos, pintura, etc. y que sirven para ocultar la obra gorda. De las descripciones existentes, tenemos entre otras las del doctor Olóriz. De Cáñar nos dice:

“como las goteras son tan comunes no hay cielos rasos. Los muros son de piedra y barro desnudos y en los menos revocados con yeso.

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 173-174 

Cuando menciona los “cielos rasos”, se refiere a doble techo o falso techo. 

Referente a Capileira nos cuenta: 

“Casas malas, pequeñas, construidas de piedra y barro, con suelos de terrizo, techos de vigas; palos cortos atravesados y grandes lajas encima, recubierto todo de launa.” 

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 199 

Después de la introducción del blanqueado con cal y preconizando la llegada de la modernidad; de la comercialización de productos nuevos sometidos a modas pasajeras que terminarían por destrozar el aspecto de la arquitectura; se empiezan a utilizar pinturas de color en diversas partes de la casa. 

"Una banda de color ocre o azul (mezcla de sales férricas y de cal), de un metro de alta, es pintada a partir del suelo para evitar que los animales, al frotarse, ensucien muy rápidamente la superficie inmaculada de la fachada. ¡Buena precaución! Estos mismos colores, nos los encontramos en el interior, donde las habitaciones tienen pasada una mano de agua de cal y los techos están pintados de ocre, azul o rojo." 

Spahni J-C. L´Alpujarra. Pág. 52 

Estas pinturas ya no se utilizan, ni se pintan los interiores con estas bandas de colores, aunque aún se pueden observar en algunas viviendas y cortijos. Con mayor éxito se ha impuesto la moda de construir zócalos exteriores, que se pintan de azul o gris cuando no son de lajas de pizarra. 

Respecto a los suelos: 

"El suelo de los pisos es de yeso o de pizarra, sólo las casas modernas tienen baldosas; pero el de la cuadra es de tierra o de piedras." 

Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) Pág. 77 

La única solución que persiste hoy en día es la de los suelos de pizarra. Las otras, han sido sustituidas por la de colocar materiales modernos: mortero de cemento, gres, terrazo, mármol... 


El Mobiliario y la Decoración 

El doctor Olóriz describe el menaje doméstico de la siguiente manera: 

“Las camas son un marco, pies y sogas, colchones de paja de centeno y por excepción de lana. Mesas para comer pequeñas y bajas; sillas de esparto; arcas o arcones según la fortuna; los ricos ostentan los suyos en los portales. Botijas de una sola asa y cuello cilíndrico. No hay jarras. Sartén, perol, cazuela y platos vastos.” 

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 199 

En la cocina, los cacharros se cuelgan de las paredes, se colocan sobre un simple poyete cerca de la chimenea o sobre una espetera. También es posible guardarlos en alacenas empotradas en el grueso de los muros, cerradas por una puerta de dos hojas o por una cortina. 
Ilustración nº 51.- Ejemplo de alacena realizada en el grueso del muro. Existen dos tipos de estantes. El superior es una tabla que apoya en dos molduras extremas de yeso. El inferior, más resistente, está realizado apoyando lajas de pizarra sobre un travesaño horizontal de madera. Otras más modernas incorporan una puerta de madera con celosía o cristales. 

La descripción de Navarro-Alcalá Zamora es más reciente, y en ella se mezclan elementos más antiguos con otros que dan señal de la llegada de la modernidad: 

"El mobiliario es tan escueto como los accesorios, y las diferencias en el ajuar doméstico de las casas se dan en el número de piezas, no en su variedad. Las arcas son los continentes por excelencia, guardan ropas, frutas y granos, estos últimos para evitar el asalto de los roedores; las hay de todos los tamaños y suelen ser, en orden ascendente de calidad y dureza de la madera, de castaño, de nogal o de moral; generalmente carecen de decoración y su censo disminuye rápidamente con la frecuencia de las excursiones de los anticuarios. Las sillas son casi el único mueble conocido para sentarse, siendo raros los sillones de anea y madera; los tresillos son piezas de museo, cuyos poseedores los enseñan con orgullo a las visitas distinguidas... Las mesas más frecuentes son las llamadas <<bufetes>>, pequeñas y bajas mesas tocineras con cajón, de simple diseño y muy prácticas para comer muchas personas, que sentadas a su alrededor tienen fácil acceso al plato común, donde además caben las cucharas, las navajas y los pedazos de pan… 

Ilustración nº 52.- Bufete 

…también suele haber una mesa camilla, cuyo uso invernal, con los braseros de butano, cada día sustituye más a la chimenea como centro de reunión y calefacción familiar. Y para dormir, las camas generalmente de matrimonio y los más grandes posibles, porque así caben mayor número de personas, con colchones de hojas de maíz renovables anualmente; la promiscuidad es total, siendo frecuente el caso de un matrimonio que duerme con varios hijos, de distinto sexo, acostados en los pies de su misma cama. La decoración se reduce a profusión de tapetes por doquier, que demuestran las habilidades de las mujeres de la casa; a algunas estampas de santos en tecnicolor y las fotos de la boda, de los hijos y de algún otro familiar, debidamente enmarcadas." 

Navarro Alcalá-Zamora, P. Mecina (...) pág. 80 

Ilustración nº 53.- “Durmiendo en el catre tò juntò. ¡Catre-vimiento!”


La Higiene

Una de las carencias importantes de la vivienda alpujarreña era la de no disponer de “retrete” tal y como lo conocemos hoy. La verdad es que el inodoro, aunque se inventó a finales del siglo XVI; después de muchos años de perfeccionamiento, no empezó a extenderse de manera relativa hasta finales del siglo pasado, pues como es de suponer, era un artículo de lujo que sólo las familias más acomodadas se podían permitir. Aún pasarían muchos años hasta su introducción efectiva en los pueblos de la comarca de una manera lenta y tardía. Así, el doctor Olóriz, al llegar a la Alpujarra describe en su diario referido a Capileira:

“Sólo hay cuatro retretes; las gentes hacen sus deposiciones en la calle, en los ejidos o en los estercoleros especiales que suelen haber abiertos para esto.”

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 199

Aunque no tengo muy claro si lo de retrete se refiere a la existencia de inodoro, o simplemente a una letrina, ya sabéis, una pequeña habitación con un agujero en el suelo por donde salían todas las inmundicias hacia la calle o hacia una fosa o el corral. En cuanto al aseo personal:

"En Pitres se bañan por recreo los niños y aún algunas mozas".

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 235

“Deja mucho que desear la limpieza sobre todo en las casas y en los niños. Hay manos y pies de hombre y aún de mugeres que parecen no haber sido jamás lavados. Hasta mozas aliñadas al exterior deben tener muy sucio su cuerpo a juzgar por los pies. No sé que se bañe nadie, aunque no les sería muy difícil pues abunda el agua.”

Olóriz Aguilera, F. Diario... Pág. 297

Y los veranos debían de ser auténticos suplicios a no ser porque la corteza de suciedad acumulada sobre la piel, insensibilizaba a las gentes de la constante molestia de los insectos:

“La cuadra es parte integrante de la casa. (...). Allí se apilan los animales domésticos: el asno, las ovejas, las cabras, los cerdos, las gallinas, los gatos y hasta los perros. De ahí la permanente amenaza que pesa sobre los lugareños por los insectos parásitos de todas especies, que, sin embargo, no parecen apenas importunar a los habitantes. <<¡Cuestión de hábitos!>> me han explicado.”

Spahni, J-C. L´Alpujarra. Pág. 53

¡Claro!. Cuestión de no lavarse.

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